BIENVENID@

"Que los caminos se abran siempre a tu encuentro, que el viento sople siempre a tu espalda, que el sol brille templado sobre tu rostro, que la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y que, hasta que volvamos a encontrarnos...Dios te guarde en la palma de su mano". (Bendición Celta)

12 febrero 2009

LA PRIMERA VEZ

Para todo hay una primera vez. Para nuestra relación de amor también.
La primera vez que estuvimos juntos fue extraño y no del todo placentero. Había demasiada gente a nuestro alrededor y yo estaba confuso, nervioso y sin saber muy bien qué hacer.

Las dos veces siguientes fue raro también. Llegar a lo alto me ponía muy nervioso y con la sensación inquietante de que si no tenía mucho cuidado me iba a perder en su inmensidad después del esfuerzo y los sudores. Ella es tan compleja...

Pero ella ejercía, ya desde aquellas primeras caóticas veces, un poder asombroso sobre mi persona y sobre mis sentidos. Una fuerza que me obligaba a acudir a ella constantemente. Y ella siempre me esperaba. Siempre estaba allí dispuesta a recibirme y mostrarme sus mil secretos y sus millones de encantos.

Me fascinaba tanto que decidí compartirla con mi buen amigo César, sabiendo que a él le gustaría y que ella también estaría encantada de recibirlo. Posteriormente, cuando ya la conocía mejor, también la compartí con otros amigos y amigas que acababan agotados a la vez que maravillados de sus mil encantos. Hasta a Bruja le fascinó.
Es lo que tiene amar mucho: hay que compartir lo que se ama. Y a ella o se la odia o se la ama. No acepta términos medios.
Ascender sudando hasta la cima por lugares que enloquecen, impensables antes de conocerla, descubrir sus pequeños rincones maravillosos y fascinantes, perderse por sus frescas oquedades, sentir su duro tacto, beber en sus reconfortantes aguas, sentir la brisa fresca cuando te deslizas por su espina dorsal... Seguir sus infinitas rutas hasta el agotamiento una y otra vez…¿Cómo no estar enamorado de ella?, ¿cómo no sentir que el corazón se pone a mil cuando llegas a su lado, te dispones a entrar en sus profundidades y a dejar que te muestre sus siempre nuevos secretos?, ¿cómo no emocionarte cuando te calzas las botas para poder alcanzarla?. ¿Cómo no amarla y odiarla a la vez por haberte enganchado de por vida a su enorme y sensual cuerpo?.

Sí, la Sierra del Montsant, en el Priorat de Tarragona, sin duda es mágica, embriagadora y posee la capacidad de hacer que la odies y la ames a la vez, siempre sin dejar de estar enganchado a ella.
He subido a ella decenas de veces, casi todas con el bueno de César. Y creo que por sus caminos, sus barrancos y sus pedregales he experimentado todas las sensaciones que un ser humano puede experimentar en su vida. Muchas veces sensaciones contrapuestas. Gozo y dolor, amor y odio, placer y dolor, tranquilidad y desesperación, miedo y confianza.
Perderse en la niebla en el Montsant es durísimo, pero subir por el Grau dels Barrots o descubrir el Grau de l’Escletxa es fascinante. Pasar sed y encontrar agua que cae de la roca en la cueva del Soronelles es algo único. Morirte de calor subiendo y disfrutar de la brisa en lo alto de la Serra Major, su espina dorsal, es para vivirlo.
Romperte por el vértigo subiendo por el Grau dels Tres Esgraons y luego reposar en los prados bajo los pinos del Pas del Gat es sentirse vivo.
En el Montsant hemos reído, he llorado de dolor físico y de agotamiento, nos hemos maravillado ante lugares como el Pont Natural, he recuperado (en el Grau d’Albarca, junto a la Roca Corbatera) una gorra que había perdido un año antes, hemos intentado salvarle la vida a una cabra encajada en afilado risco y a un cabrito perdido entre unos arbustos, nos hemos perdido montones de veces, hemos disfrutado de un bocadillo compartido, de unas naranjas o de unos frutos secos como si fuesen los mejores manjares del mundo. Nos hemos dejado sorprender por la alegría sana de la ermitaña de Cornudella: una persona de esas que no abundan y que con su sola existencia sencilla, humilde y silenciosa, hacen que el mundo sea mucho mejor.
Nos hemos extasiado ante el otoño desde la Ermita de la Mare de Déu del Montsant, o la primavera en el Clot del Cirer.
Nos hemos dejado embriagar por la maraña boscosa y selvática de tejo y boj del impresionante Barranc del Vidobar (quizá el que más amamos de la Sierra), de rincones como el Racó del Teix o la ermita de Sant Salvador de Margalef, de caminos como el Grau de l’Agnet bajando, el del Carrabassal subiendo o el Grau del Llop hacia Ulldemolins para bañarnos en l’Aiguabarreig o les Cadolles Fondes…
Sé que para los lectores estos nombres no son más que nombres de lugares, pero para el que lo escribe es hacer volver a la mente y a la piel todo lo que se disfrutó (y a menudo se sufrió) en ese lugar.
Mi buen amigo César me dijo que escribiese sobre lo que vivimos en la Santa Montaña Mágica. Quizá lo haga, si es que soy capaz de intentar pergeñar alguna línea.
En todo caso que sirva esta “primera vez” como intento y quizá anticipo de algo mucho menos caótico.
Pero es que cuando hablas de algo que amas ¿cómo no ser caótico?.
La primera vez que estuvimos juntos la Sierra del Montsant y yo fue tan extraño que desde aquel día me atrapó y soy incapaz de querer romper su magia.
Me gustaría tanto poder compartir una mínima parte…

1.


2.




Fotos:
1- El espectacular “Fraile” desde el Barranc del Vidobar.
2- Clot del Cirer lleno de alta hierba.
©- Lobogrino.

5 comentarios:

Nando dijo...

que lindo...!
Parece unsoplo de aire fesco para los qeu vivimos en el "mundanal y puñetero ruido" de la ciudad.
Gracias Grino!
Besos...
Nando

Rukaegos dijo...

Son tan diferentes tus montes de los míos ... Aunque yo siga siendo urbanita, algunas salidas de montaña tuvieron sus momentos mágicos: el Picón del Fraile, haciendo terrorismo ecológico contra una construcción militar, la subida hasta las brañas de Sejos, la senda de Áliva en los Picos de Europa ...

Tengo curiosidad por acercarme a Montserrat y el Montseny, supongo que siempre como te dije los he percibido como lugares nuevos, con estructuras y paisajes que nada tienen que ver con mis montes del norte ...

Anónimo dijo...

¡Qué bien!, este fin de semana tuve necesidad de ver y oir el Mar, así que me fui a Cabo de Gata, ahora vengo y me voy al Montsant,... Creo que tengo energía para una buena temporada. Genial, ya sabes como me gusta...
Besos

ixilik dijo...

Muy bien chico, hasta hemos olido tu sudor. No es casual que lo vivas así, si el monte está hasta en tu genalogía

MOMENTS dijo...

Increible!!! Te felicito, jamás he visto una descripción tan acertada y cercana a nuestro mágico Montsant, no creo que pueda relatarse mejor. Me suscribo a tus palabras.

Te invito a ver mi blog y el de mi pareja. Ya nos dirás que te parece.

Saludos!!

http://nuria-moments.blogspot.com/2010/01/grau-dels-tres-esglaons-montsant_25.html

http://scorphoto.blogspot.com/2009/12/montsant-magic.html