BIENVENID@

"Que los caminos se abran siempre a tu encuentro, que el viento sople siempre a tu espalda, que el sol brille templado sobre tu rostro, que la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y que, hasta que volvamos a encontrarnos...Dios te guarde en la palma de su mano". (Bendición Celta)

06 mayo 2007

AUTOESTIMA

Sábado. Ocho y media de la mañana. Lloviendo.
Con los ojos aún pegados y el café sin llegar al cerebro camino hacia el curro del que saldré cerca de las nueve de la noche (con una pausa de tres horas para comer, claro).
De repente viene a mi mente el título de una película de hace unos años: “Quiero ser como Beccam” (*Como estudié Filosofía y allí hablábamos de Occam me niego a utilizar las “ka” “hache” con este paisano suyo de otra época, aunque no se parezcan en nada, afortunadamente para el filósofo ajusticiado).
Ni que decir tiene que no tengo ni idea de qué iba la película (poco cine que veo no voy a malgastar tiempo y cuartos en algo que encima tenga que ver con el fútbol) pero había leído el título.
Siguiendo bajo la lluvia el título me llevó a una noticia cotilla leída pocos días atrás: “Beccam le compra a su mujer un vibrador de platino y diamantes por valor de 2 millones de dólares”.
Cabe preguntarse qué le ocurría a mi mente para, yendo al curro tras haber dormido apenas tres horas, recuerde ese tipo de noticias...¿Debo empezar a preocuparme?...

Sí, claro que, dejando a un lado el esnobismo escandaloso, friki y cutre con avaricia de gastarse trescientos y pico millones de pesetas en una majadería, el problemón de si uno de los diamantes se despega y se clava por “las profundidades”...y el hecho de que si le regala ese tipo de objeto el chaval tiene un “pequeño” problema, uno viendo las cifras que mueven estos parásitos sociales durante un instante siente cierta envidia. De disponer de ese pecunio yo no me iba a comprar un juguetito de platino y diamantes (los de goma de toda la vida de mil pelas van de fábula, si es que se necesitan, claro...) pero podría hacer tantas cosas y tan útiles con ello.
La envidia me duró hasta que me paré en el semáforo.
Pudiendo ser yo ¿para qué narices quiero ser un niñato eternamente adolescente, que vive sólo por y para las apariencias, con una vida tan de plástico como las tetas de su artificial mujer, rubio, alto, sin una gota de grasa en la cintura, un pelo en el pecho o una neurona en el cerebro?...¡Menuda grima, por Dios!. Con lo bien que estoy siendo bajito, michelinítico, cabezón e inteligente y con una vida auténtica aunque no tenga un duro.
Siempre he sido algo raro: desde mi más tierna infancia estoy “encantado de haberme conocido” y ya desde entonces como yo era, lo que yo vivía o lo que yo pensaba era lo que consideraba como “lo normal”, casi como lo “único” normal.
Nunca tuve ídolos al uso porque tenía muy claro que no eran perfectos: “les faltaba ser como yo”...
De adolescente y de joven, mi único ídolo era el Hijo de un Dios loco crucificado dos mil años atrás. Él y buenos seguidores suyos como Francisco de Asís u Óscar Romero. En la actualidad siguen siendo ídolos y pruebas quasi imposibles de superar o aspiraciones que dan sentido a muchas cosas y muchas luchas; pero ese tema no toca ahora.

Por eso no puedo ni quiero entender a los jóvenes o no tan jóvenes que “quieren ser como un futbolista cutre, o una pseudocantante de medio pelo (el otro día en la tele un treintañero se desgañitaba por tener cerca a una tal Lorena o algo así, que resultó ser una de estas de Operación Triunfo a la que debe conocer su madre pero que sale en la tele y por lo visto es famosa...).
Y me da coraje: porque si bien puede ser normal que durante algunos meses de la adolescencia el chavalín desorientado busque el referente hasta acabar de definir su propia personalidad, parece que actualmente ese espacio temporal se ha alargado durante décadas.
En ocasiones con consecuencias dañinas. Si Kate Moss es anoréxica y toxicómana seguramente habrá muchas niñas (o treintañeras desfasadas) que lo serán por parecerse a ella. Si Beccam es un gárrulo vicioso que sólo gana dinero a espuertas y se aparea con toda fémina que respire habrá muchos adolescentes-treintañeros que quieran ser como él. Por poner dos ejemplos, sólo.
Y no lograrlo (que nunca se logra) llena las consultas de los psicoanalistas de frustraciones y todo tipo de taras mentales.

Se venden imágenes irreales de belleza irreal, de fama de mentira sin talento, de juventud de silicona, de relaciones de plástico, brillantes y modernas pero de plástico. Falsas imágenes de dinero, glamour y vacío.

Se nos dice como tenemos que querer ser para ser más...más...más ¿más qué?...
Pero nadie nos dice que es fantástico ser uno mismo y “estar encantados de habernos conocido” porque, a fin de cuentas, nuestra mejor realización y nuestro mejor espejo es nuestro avanzar en la vida cada día siendo quienes somos. Nosotros mismos, vaya.

Sin duda prefiero no poder comprar un vibrador (tampoco lo necesito) de platino y diamantes por dos millones de dólares e ir a currar un sábado por la mañana que ser como otros.
Me ha tocado la lotería siendo como yo mismo (y teniendo la gente que tengo a mi alrededor, por supuesto).
“Quiero ser Lobogrino” que debería decir Beccam.
Siguiente semáforo. Sigue lloviendo. Antes de llegar necesito un café o me dormiré...

14 comentarios:

Anónimo dijo...

está muy mal visto eso de estar encantado de conocerse. pero es una de las claves de la felicidad. yo también prefiero ser yo, con mis pocos centímetros de altura, mis demasiados kilos de cintura y mi vida hecha por mí y para mí con la que, en el fondo, soy feliz.

un besazo.

Nando dijo...

menos mal que no necestias el vobrador... ni na de eso!
Vivimos muchas veces mejor con cuatro duros en el bolsillo que no con 200 millones y que no puedas mear en cualquier sitio por miedo a que te cazen los paparazzi. Jejeje!
Feliz semana wapos!
Nando

Asun dijo...

Hola.
Perdon pero sigo probando
Esto de los bloggers es otro mundo

Muchas de nada

Javier dijo...

A pesar de que somos diferentes y tenemos opiniones distintas sobre muchas cosas, yo también estoy encantado de haberme conocido, y creo que a parte de Pedro soy lo mejor que me ha pasado, ser yo, aunque claro esto acostumbra a acarrear problemas, el hecho de no contemporizar con los demás es algo que acaba generando críticas, pero como siempre he dicho, el problema es de ellos.

Churru dijo...

Cómo admiro tu seguridad en ti mismo, Lobo. En serio te lo digo. También he pensado muchas veces en esos ídolos con pies de barro, que en realidad ocultan con su glamour y su dinero unos serios complejos.
Me llevo de tu entrada tu seguridad (y por cierto, no eres michelinítico, que lo sé yo), Occam, y el consolador de dos millones de diamantes y rubíes, de la Vicky, que puedes apreciar en esta foto:
http://i28.photobucket.com/albums/c209/esaalto/agbar.jpg

Anónimo dijo...

¡Qué cosas!

Hace unos días estuve conversando con unos amigos sobre la autoestima y el "estar encantado de haberse conocido" (por cierto, esa es una frase que yo utilizo mucho) y, leyéndote, me he sentido transportada en el tiempo a ese momento en que charlábamos.

Reconozco que a mí me ha costado muchos años tener una cierta seguridad en mí misma, pero puedo decirte que el trabajo ha merecido la pena.

De lo que sí me he dado cuenta, sobre todo últimamente, es de que esa seguridad también implica muchas veces el tener que estar sola. Hay tantas personas presas de sus propias inseguridades que en presencia de personas como nosotros, se sienten intimidadas, amenazadas e, incluso, con miedo de no estar a la altura, que intentan hacer que seamos menos de lo que somos. Afortunadamente, también he aprendido a evitar a esas personas.

En fin, está claro que tanto tú como yo podemos arrogarnos la frase de Gloria Fuertes: "Soy la mejor persona que conozco".

Un abrazo.

P.D. Por cierto, yo también pensé, en su día, en qué pasaría si a la "Posh Spice" se le quedara un brillantito incrustado ahí mismo, jua, jua.

Max dijo...

Me pregunto que habrás elucubrado después del segundo café...

Es genial estar encantado de conocerse (muy bueno para la salud mental) y a la vez ser capaz de apreciar la diversidad, y entender que los demás no tienen porqué ver las cosas como nosotros.

En mi caso fluctuo entre besarme los pies y desear emanciparme de mí misma. Según tenga la neurona o la hormona, que también.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Qué suerte los que habéis logrado un nivel de autoestima aceptable, porque efectivamente, como se ha dicho por aquí, es una de las claves de la felicidad.

Una puntualización, eso sí. "Quiero ser como Beckham" es una buena película (o al menos a mí me ha gustado mucho), a pesar de lo que pueda parecer por el título: trata el tema de los prejuicios y su superación.

Ya veo que estás liadísimo últimamente. Tómatelo con calma.

Un abrazo

Arquitecturibe dijo...

Wow!!!!..... que bueno verse reflejado en las palabras de alguien.... buena por esa de conocerte a ti mismo!!!! por mi parte creo que mi "yo" habita en una lejana colina y aun estoy en el peregrinaje para encontrarme. Espero que le heches un vistazo a mi blog, sería un honor, el tuyo es excelente. UN abrazo desde mi lejana galaxia!

la pequeña tortuga dijo...

De todas formas, si uno/a quiere parecerse a otro/a, qué mejor que ir a CAMBIO RADICAL, donde te hacen un tuneado para arreglar tus supuestos problemas físicos (que por cierto, no son tan graves como los mentales)...

Es triste lo que triunfa en el mundo hoy en día.

Fenecillo dijo...

bueno si oyeras las conversaciones descerebradas que tengo que escuchar del personal del curro alucinarias jejeje
saludos wapo

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

De despistada nomás, te había perdido el rastro. Hoy, ordenando el blog y agregándole "cositas" para hacerlo más Bonito... (bah, cositas que me gusten a mi, qué tanto!), recordé que no tenía actualizada tu dirección, te busqué, te encontré y ya te "direccioné" correctamente en mis Palabras...
Bueno, ahora "a lo nuestro"...
TOTALMENTE DE ACUERDO. Y punto. Cuánto más podría agregar si lo has dicho perfectamente... es preocupante ese estado cuasi eterno que le dan a la "adolescencia", cosa que en realidad creo que es una excusa para seguir cómodamente en la boludez (oops!). En fin, con el argentinismo que se me escapó, mejor me voy también a tomar un café, que me queda media hora más de "laburo" y luego, al fin, regreso a mi madriguera...
Ah! la peli... si es la de Jonathan Ryes Mayers (o como catzo se escriba) la vi, del rubio sólo el título, la temática es... la superación de los límites sociales y personales. No es tan boba como parece...

Besotes Lobo!

Anónimo dijo...

Es cierto para saber querer hay que empezar queriéndose a si mismo, así que yo también estoy encantada de haberme conocido y me gusto más de lo que me gustas tu, es más opino como tu, lo que yo pienso es lo normal y tu bien sabes que no pensamos igual, pero también hay que dejar un espacio para la autocrítica, tenemos defectos, debemos apreciarlos e intentar cambiarlos, conclusión quererse si, idolatrarse es un peligro. Lo que hace Beckham es idolatrarse y como yo no quiero parecerme a este señor me limito a quererme. Por cierto la película obtuvo muy buenas críticas tanto de público como de críticos, no te quedes sólo en el título.

Besos todos

Anónimo dijo...

Hola Lobogrino
entiendo que estés encantado de conocerte...jajaja y yo lo estoy de conocerme a mí! ;-)
y es que creo que la auténtica autoestima no se improvisa sino que va asentándose poco a poco sobre sólidos pilares.
Es por ello que "cambio radical"que ha salido a relucir entre las repuestas me parecen en este sentido dos términos un poco contradictorios.Los cambios son tarea a menudo lenta y ardua,que se logran con contancia consciencia y esfuerzo personal.
La falta de autoestima no la arreglan dos tetas de plástico.
Y el vibrador,estoy de acuerdo...mejor de goma, de toda la vida... ;-)
hace unos días me impactaba ver la imagen de un señor...con esmoquin y fular blanco que quería ser sofisticado; una manicura perfecta la cara estiradísima y un pelo de tan impecable ,imposible...Su estudiado, quirúrjico , pretendido y pretencioso "glamour"se esfumó en cuanto el tío abrió la boca..."eeeeepaaaa maca sistoy contentoooo, corderaaaaaaaa" o algo así...
creo que era otro de esos que ha "cambiao"radicalmente ¿? Todavía no me he repuesto

Un abrazo,Lobo
Santo