BIENVENID@

"Que los caminos se abran siempre a tu encuentro, que el viento sople siempre a tu espalda, que el sol brille templado sobre tu rostro, que la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y que, hasta que volvamos a encontrarnos...Dios te guarde en la palma de su mano". (Bendición Celta)

18 junio 2009

EL DÍA MÁS LARGO...

*- Dedicado con cariño agradecido a mi buen amigo César.

Hoy es el día más largo del año...




Sábado 21 de junio de 2008.

- 8:30 de la mañana. Me levanto. Busco una mochila, la preparo junto con la ropa para una excursión corta y me voy a trabajar.
- 14:30h: tras discusión tonta en el curro salgo del trabajo.
Camino de la estación de tren compro algo para comer.
- 15h: tren dirección Sabadell. Allí, media hora más tarde, me espera en el coche mi buen amigo César para ir a caminar. La idea inicial es hacer una excursión corta de tres o cuatro horas por La Mola de Sant Llorenç de Munt, al lado de Sabadell, cerca de Barcelona.
Al cabo de tres cuartos de hora de viaje, como a la altura de Vic y cuando La Sierra citada hace un buen rato que ha quedado a nuestras espaldas, César me dice:
- He pensado que, como los días son largos, podríamos “acercarnos” al Pirineo y subir al Balandrau. Desde donde dejemos el coche es una excursión sencilla y corta. Por allí no va a hacer tanto calor.
Pienso que se ha vuelto loco y ya me veo pasando la noche en lo alto de una montaña de los Pirineos. Le hago notar que he quedado con mis amigos esa noche.
- No te preocupes que podrás salir por Barcelona con tus amigos.
Me da rabia reconocerlo pero...

- 18h: tras dos horas y pico de viaje dejamos el coche en una pista. Acabamos de preguntar en un pueblecín de sonoro nombre (Tregurà) como se llega exactamente al desvío. Estamos ya muy arriba y los picos de los Pirineos se ven cercanos.
Voy pensando que empezar a caminar a esas horas es una locura (en la guía pone que hasta la cima a la que vamos son dos horas de camino) pero la magnificencia del lugar me embarga. El aire fresco de la montaña me hace olvidar cálida humedad asfixiante de la ciudad, la inmensidad del paisaje hace que desaparezcan de mi mente las minúsculas discusiones por chorradas en algo tan intranscendente como el trabajo. Delante nuestro una pista recorre verdes e infinitos prados pirenaicos llenos de vacas y caballos quasi en estado de libertad. Vacas, caballos y flores: montones de pequeñas flores de colores y formas a cual más llamativa.
La ascensión es dura y a la vez tranquila. César y yo tenemos un ritmo de caminar (forjado a base de muchas horas y muchos kilómetros pateando montes, de mucha alegría, sufrimiento y sobre todo AMISTAD con mayúsculas) fuerte y nos compenetramos muy bien al andar.
Aún así, como siempre que camino con César, no tengo la sensación de ir deprisa. Me paro a hacer fotos de cada tipo de flor, de los caballos, de las vacas, del paisaje...
En un punto del camino una fuente de aguas gélidas y puras lo cruza y es una tentación a la que sucumbimos. Me pasaría horas bebiendo ese agua que surge de la tierra allí mismo y que llena de vida el cuerpo...y hasta el espíritu...estando en aquel lugar.
Algo más adelante, a nuestra izquierda, vemos unos “animalitos”. Que si son hurones, que si son comadrejas. Varias parejas en plenos “rituales de cortejo”. Es una gozada de espectáculo. Parece que estén a sus cosas pero en realidad no nos quitan ojo. Una pena que el ser humano sea el mayor peligro para el resto de animales que tienen que poner todos sus sentidos en vigilarlo para poder seguir con vida...
Los “animalitos” en cuestión eran marmotas. Por lo visto aún quedan unas cuantas por el Pirineo.
Antes de encarar la subida final nos paramos para “comer algo”.
Como íbamos a hacer una excursioncita corta cerca de Barcelona yo no llevé nada. Pero el bueno de César tiene un par de naranjas para compartir. Como en “los buenos tiempos” del Montsant. Una naranja compartida subiendo a una montaña se convierte en un manjar de dioses del que jamás disfrutarán los reyes terrenales. Me siento tan sumamente afortunado.
Empezamos a subir el tramo final. Deben ser poco más de 500 metros de un desnivel considerable. Toda la excursión son como 900 metros de desnivel en una distancia corta. En un momento dado cruzamos una lengua de nieve que aún permanece. Es una sensación extraña y placentera pisar y coger nieve en pleno junio caluroso.




Un majestuoso rebeco nos observa a una cierta distancia. Estamos en sus dominios y no va a permitir que lo olvidemos. Allí el amo es él y nosotros los visitantes.



Llegamos a la cima. ¡Fantástico! Estamos a 2.584 metros de altura. A nuestros pies, casi en caída vertical, el río Freser y el pequeño albergue de Coma de Vaca donde hace tiempo dormí una noche. Aquella línea de allí abajo es el “Camí dels Enginyers”, que cuando pasas por él te parece que va altísimo. Delante nuestro los picos del Valle de Núria con el majestuoso Puigmal (2913m) a la izquierda. ¡Una gozada!
Rápidamente nos hacemos una foto que documenta nuestra estancia allí y bajamos antes que se nos haga de noche. En un momento la niebla empieza a subir. Pero...más bien son nubes. Estamos por encima de un grupo de nubes y las atravesamos para regresar a la pista.



Sí, sin duda, cruzar las nubes caminando con un buen amigo es un regalo propio de dioses.
El rebeco sigue vigilándonos, las marmotas, cuando pasamos a cien metros dejan de jugar para esconderse en sus madrigueras.

Seguimos disfrutando la montaña: el aire en la cara, la tierra viva bajo nuestros pies...
El rebeco cruza la pista a menos de 50 metros de distancia y se para. Es como si nos estuviese despidiendo. Como si “nos acompañase” hasta la salida de su territorio...para dejar claro que no nos quedábamos...





Las vacas nos miran, mansas,


al pasar y los caballos hacen alguna cabriola jugando entre ellos. Empieza a caer la tarde.
Cuando llegamos de vuelta al coche miro el reloj: ¡Las 8 de la tarde!. No puede ser. En la guía ponía que 2 horas hasta la cima, con lo cual empezando a caminar a las 6, teniendo en cuenta que 2 horas de cualquier guía es menos tiempo que el nuestro pero que también había que volver...Yo no esperaba acabar antes de las 10. O como muy pronto a las 9 y media.

En cualquier caso: ha sido una excursión única. Breve pero genial. De aquellas que recordaré mucho tiempo: como lo que me resta de vida por lo menos. De hecho escribo la crónica un año más tarde y me parece estar subiendo aquel monte, oliendo las flores, sintiendo el aire fresco en la cara, la sonrisa y la voz del amigo. Sí, creo que no voy a olvidar nunca la subida al Balandrau del día más largo del año.

- 20h: coche dirección Sabadell.
- 22:15h: César me deja a la puerta de la Estación de tren de Sabadell para que coja el tren de vuelta a casa. Me da rabia reconocerlo pero no se equivocaba... Compro una pasta en un bar “por cenar algo”.
- 23:30: llego a Barcelona y en bici voy a casa. Me llaman mis amigos que están en el bar de siempre esperándome.
- Un momento, ahora bajo, me ducho, me arreglo y en media hora estoy ahí.
- 0:30h: llego al bar donde me esperan mis amigos. Apenas se lo creen cuando les explico que del trabajo “me he acercado” a subir un pico del Pirineo y estoy allí, tomándome una cerveza más fresco que una rosa. ¡No te digo!. Pues claro: con la energía que me ha regalado la montaña y la amistad tengo para días y días de estar bien.
- 1:30h: vamos a la discoteca/bar que frecuentábamos por entonces.
- 2:30h: nos han dado unos pases para otra discoteca a la que hace tiempo que no vamos en plan grupo y decidimos ir. Nos distribuimos en coches pero al de Jordi (en el que me tocaba ir a mi) le han roto un cristal para robarle lo que tenía dentro. Ellos se van a poner la denuncia, el resto a su casa y yo...cojo una bici para volver a casa: no estoy cansado y el metro a esas horas me da respeto. Precisamente como no estoy cansado me doy una vuelta larga por el centro. Observo que la gente va fatal. Pasadísimos de vueltas. Unos turistas jóvenes se ponen ciegos de cocaína delante de La Pedrera sentados en un banco de la calle, ambulancias atendiendo a adolescentes comatosos de alcohol.
Yo he bebido. Dos cervezas. A partir de la tercera copa es sin alcohol. Pudiendo disfrutar Barcelona nocturna en bici sobrio, ¿para qué eso?
Aún así en mi paladar y en mis labios no queda el sabor de las cervezas sino el del agua pura de la montaña. La brisa que me acaricia sólo consigue evocarme el fresco aire pirenaico.
- 3:30h: como no tengo sueño ni estoy cansado antes de dormir leo un rato...
- 9:30h: ya he dormido bastante. Me levanto y me pongo a fregar los platos que hay en la cocina y a limpiar la casa, hago la colada, tiendo la ropa, bajo por el pan...
- 13h: cuando mi compañero de piso se levanta (anoche llegué de la montaña ya se le oía roncar) me dice:
- Has limpiado toda la casa. ¿No estás cansado de haber subido ayer a la montaña esa cercana a Sabadell?.
Me río y le cuento toda la historia.
No se lo cree.
Pero es que es normal: era: “el día más largo del año” y...

Mi boca aún conserva el sabor del agua de una fuente y de una naranja compartida, mi piel la caricia del viento y de las nubes, mis pies el tacto de la tierra, mi retina el majestuoso rebeco libre en un infinito paisaje de ensueño.
Mi alma la compañía del buen amigo...

Sin duda el día más largo del año y uno de los más intensos y bellos que me han regalado para vivir.
Gracias, César.
Y...¡Gracias!
...A quien corresponde...





*Fotografías: “Subida al Balandrau, 21 de Junio de 2008”.
©- Lobogrino

5 comentarios:

Tonon dijo...

A esto le llamaria yo,"Querer la naturaleza en compañia de los amigos". La foto de la vaca y la otra de la montaña, me dejaron enganchado. Me hubiera gustado acompañaros. Un abrazo desde Galicia. *** Tobias***

ixilik dijo...

Ya sabes , que yo de cuestas no soy. Pero si optimesta. Que este sea el día más largo, implica que existe una noche , aunque corta.
Me la reservo.
besotes varios

Bruja dijo...

Como sabes, lo conocía, y me encanta. Es un privilegio poder acercarse a dar un paseo por los Pirineos según sale uno de trabajar y una pena que haya tanta gente que no sepa siquiera que en Barcelona hay Montaña. ¡Qué bueno que tu sepas aprovecharlo! Besos

Lobogrino dijo...

Gracias a los tres por postear.
Y a quienes no postean y les ha gustado.
Lo cierto es que es un privilegio poseer la sensibilidad necesaria para asber valorar todas esa maravillas.

Lo sé: tengo que escribir más.
Pero con estos calores...
Abrazos a los tres y a alguno más.

ixilik dijo...

Huyuyuiiii! esos ojitos...