BIENVENID@

"Que los caminos se abran siempre a tu encuentro, que el viento sople siempre a tu espalda, que el sol brille templado sobre tu rostro, que la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y que, hasta que volvamos a encontrarnos...Dios te guarde en la palma de su mano". (Bendición Celta)

17 diciembre 2007

¡FELIZ NAVIDAD!




*- Aunque es un relato escrito el año pasado La Historia narrada es atemporal.

*- Feliz Navidad a las buenas gentes que merecen Felicidad:



"TEN FE, JOSÉ…

Hacía frío aquel atardecer de principios de invierno. Llevaban horas viajando por caminos de piedras. Estaban cansados y hacía frío.
La pequeña aldea estaba llena de gente y no había sitio para ellos.
Alguien, tan pobre como la joven pareja, les permitió quedarse en un rincón. En la cueva donde guardaban el ganado.
- No puedo más, María. ¿Qué vamos a hacer?. Una ley absurda nos obliga a viajar hasta aquí. Tú en tu estado. Mis parientes no quieren saber nada. ¿Qué más puede pasar?.
- Ten fe, José. ¿Ves?. Nos dejan un rincón. Todo va a salir bien.
- Sí, María, tengo fe en ti porque te quiero. Pero Dios…Dios a veces se vuelve Silencio.
- Ten fe…
Pasada la media noche María empezaba a descansar. Nadie más que José y los animales oyeron sus gritos en la fría noche. No tenía más sábanas que la hierba seca y unos paños que había llevado consigo “por si acaso”. Ni más comadrona que su joven esposo.
A la luz de una breve antorcha amantaba por vez primera a su hijo.

- Ves José. Esto es lo único importante. Estamos los tres. El niño ha nacido bien. Está sano. Tiene todos los deditos. Estamos tú, el niño yo. Tenemos un techo y nuestro calor de familia. ¿Qué más podemos pedir?. Estar en esta cueva juntos es mucho mejor que todo el falso oro de los palacios de los reyes.
Anda, deja de limpiar y ven aquí a nuestro lado. ¿En qué piensas?.
- Pues sinceramente. Estaba pensando que si al niño le da por parecerse a Su Padre igual se vuelve invisible y dejamos de verlo aunque sabremos que por ahí andará….Jajajajajaja.
- ¡ Pero qué cosas tienes!. Por eso estoy contenta de haberme casado contigo. Pareces serio pero tienes un humor…
- Bueno y además soy guapo, y tengo un buen oficio, y soy joven. Jejeje. Yo creo que me enamoré de ti desde que jugábamos siendo niños. Cuando nuestras familias prepararon la boda fui el hombre más feliz del mundo. Era a ti a quien siempre quise.
- No voy a decir nada al respecto: ya lo sabes. ¿Qué es ese ruido?. ¿Quién viene?.
Antes del amanecer se marcharon. Habían preparado una fiesta como sólo la gente de verdad sabe hacer: compartiendo lo que tiene. Era sábado, el día sagrado de los judíos, y no se sacaba el ganado. María, José y el niño tenían un día entero para descansar de la ajetreada noche.
- ¿Qué ha ocurrido, María?. Dime que no ha sido un sueño. No, claro, los restos de queso, dátiles y las pieles de oveja siguen ahí.
- Te había dicho que tuvieses fe, José. Creo que empiezo a entender lo que ha pasado. Dios, ese Dios del silencio del que a menudo hablas, nos ha dado una pista de cómo quiere que eduquemos al niño.
- ¿Y qué tienen que ver unos pastores con la educación de nuestro hijo?. No lo entiendo.
- Verás: sabes de sobra que nadie quiere a los pastores. Les rechazamos incluso más que a los ladrones. Los pastores son pobres, sucios, no saben hablar ni comportarse, son agrestes, rudos, se pasan meses en las montañas. Todos sabemos que allí, lejos de las personas decentes, sin mujeres cerca, tienen relaciones entre ellos, en contra de lo que manda La Ley. También por eso les rechazamos. Porque son impuros, sucios y aberrantes.
- Sí. Todo eso lo sé. Por eso no entiendo por qué han venido. Se lo agradezco pero no lo entiendo.
- Es sencillo. Dios se les ha aparecido a ellos, a los que son rechazados por todos. Y a ellos les ha regalado conocer a Su Hijo. ¿No lo ves?. Dios nos ha puesto a prueba. Podía haber elegido nacer en un palacio rodeado de riquezas y poder. Pero nos ha elegido a ti y a mi: una pareja joven y pobre. Y nos ha enviado aquí, a una cueva de bestias para que su hijo naciese en la miseria y fuesen unos miserables a los que todo el mundo rechaza los que le diesen sus primeros regalos: calor humano y alegría de verdad.
¿A que hemos estado a gusto?, ¿a que tampoco son tan mala gente?. Para eso Dios ha querido todo esto. Tenemos que educar al niño a AMAR, así, con mayúsculas. Y sobre todo a que ame y enseñe a amar a los que nadie quiere.
Estoy agotada. Pero ha sido una noche tan especial. He tenido a mi hijo junto al hombre al que amo. Han venido unos desconocidos y compartiendo pobreza y alegría hemos tenido una fiesta como pocas. Porque cuando uno ama y se sabe amado no hacen falta dorados ni regalos de mentira: sólo personas. He sentido que Dios, ese Dios a menudo del silencio, escribe recto en las líneas torcidas de mi vida y me lleva siempre en la palma de su mano.
Aún nos queda mucho que pasar, mucho que no entender y mucho que sufrir. Pero ten fe, José. Vale la pena.
- Como quieras María. Junto a vosotros dos aprenderé a tener fe. Con la Madre y el Hijo de Dios, a mi lado como para no…
- Anda, deja de trastear y ven a nuestro lado. Que está amaneciendo y hace frío.

Amanecía un frío sábado de invierno en la perdida cueva de ganado de Palestina. Había sido una noche larga e intensa. Llena de vida, de calor y de amor.
Una noche que cambió la historia sin que nadie se percatase. Así es como actúa Dios: desde la autenticidad, la sencillez y el amor.
María, José y el Niño descansan juntos, felices.

Y lo siguen haciendo cada vez que nuestra Navidad, más allá de los ruidos y las luces es amor auténtico con los que hay a nuestro lado.

¡Feliz Navidad!".

02 diciembre 2007

SANGRE, SIDA Y ABRAZOS...

*


Es sábado 1 de diciembre, Día Mundial del SIDA. Una buena fecha para ir a donar sangre. Tan buena como cualquier otra.
Ya han pasado los tres meses preceptivos desde la última vez.
En el Hospital el equipo de doctoras y enfermeras, que ya casi son amigas, crean un clima amable que invita al diálogo mientras estás allí. “¿Sabes que te hemos sacado ya más sangre de la que tienes en el cuerpo?”- “Imagino. Llevo más de doce años sin faltar nunca a la cita trimestral de los 450 mililitros. Creo que salen más de 21 litros y medio”... Me cuentan que tienen de media unas sesenta donaciones al día. Intento calcular... Muy poco. Un Hospital tan grande como el Clínic de Barcelona con sólo 60 donaciones (que habitualmente pueden ser menos...). Hablamos sobre la falta que hace concienciar, sobre que no hay campañas, sobre que cualquiera de nosotros podemos necesitar sangre en cualquier momento, sobre lo poco que cuesta: desde que entras hasta que sales poco más de media hora...
Como tengo tiempo y necesitan plasma acabo llenando la ficha de donante de plasma también. Me avisarán dentro de dos meses. La verdad es que el gesto de la enfermera al mirarme el calibre de las venas casi tenía algo de “mirada vampírica; o simplemente de alguien que se toma en serio lo que hace.
Me gusta el lema que tienen: “Con una vez no es suficiente”. Es tan real: es necesario dar sangre y hacerlo habitualmente. La vida de muchas personas depende de ese sencillo gesto.
Nos gusta quejarnos de lo mal que va todo. Queremos que cuando nos duela nos operen rápido, o que simplemente nos operen de lo que queremos cuando queremos. Pero la sangre no se puede fabricar, depende de nuestras donaciones. Y no cuesta nada. A veces nos enzarzamos en buscar excusas sobre lo imposible de cambiar el mundo...Y a veces cuesta tan poco como “enchufar” un brazo a una máquina durante 5 minutos y con ese gesto salvar vidas de personas ¿qué mejor cambio del mundo que ese?. África en ocasiones está al lado.

Poco después en el supermercado un niño me pregunta qué significa el lazo rojo que llevo en la solapa. Me quedo de piedra mientras la madre me mira un tanto expectante. “Es sólo para recordar que hay gente que está malita”. Creo que de alguna forma lo entiende porque sin más alharacas me lo pide. La madre respira aliviada cuando se lo doy para que se lo ponga.
Me acerco luego, con otro lazo rojo en la solapa, a visitar las paradas que como cada año dan información en la calle sobre la pandemia.
Me explican que vuelve a aumentar el número de casos, que a la mayoría de gente joven SIDA le suena como a nosotros “peste” y con la soberbia de la juventud optan por no hacerle caso, que mucha gente adulta descuida protegerse al estar extendido que es una especie de enfermedad crónica dado que afortunadamente ya no posee la mortalidad de hace veinte años gracias a la costosa y compleja medicación, que los heterosexuales parece que hayan olvidado o no sepan que les afecta y los homosexuales ahora se descuidan bastante, que no hay campañas de prevención, que con un sencillo análisis podría evitarse mucha propagación, que nos puede tocar a cualquiera al mínimo despiste, que simplemente hablar de ello ya es hacer algo. Que no hace falta ir a África para luchar contra él, aunque allí tiene proporciones dramáticas y aterradoras.
Les dejo con una cierta sensación agridulce: hay gente que sigue luchando y hablando del problema pero para la mayoría decir SIDA suena a algo tristemente lejano cuando está tan cerca...

Me acerco a la FNAC de Plaza Cataluña. Si tienes la vejiga a punto de reventar es lo más práctico...
Deben regalar algo porque tanta gente...Si hay colas hasta para entrar en el edificio. Y la bofetada: “Navidad, Navidaaaaad...”. ¡Joder!. ¡Si queda casi un mes!. Los villancicos demasiado altos y repetitivos parecen histéricos y se cuelan en el cerebro desgarrándolo. La gente a empujones. Las escaleras que no cabe una aguja. La música tan elevada y el gentío marean. Y venga: “Navidaaad, dulceee Navidaaaad...”
Y yo que sólo voy a mear...
Espera hasta para entrar el aseo. “¿Qué coño tendrá que ver la compra de videoconsolas con la Navidad?!. “. Espera para salir del aseo. Espera para bajar por las escaleras. Espera para salir del edificio esquivando gente con paquetes. “A este paso cuando llegue a la puerta vuelvo a tener ganas de mear”...

Me paro un segundo en la puerta a coger aire pero unos que vuelven de una manifestación casi me llevan por delante. Me aparto. Un tío que lleva un pino bajo el brazo me lo pasa por los morros y al esquivarlo me empotro contra una bici que va por la acera . El ciclista me suelta: “¿Es que no miras?”. “Pues no, imbécil, estaba esquivando ese pino. ¡Capullo!. Deberías mirar tú. Esto es una acera y las bicis no pueden ir por aquí. ¿A que me chivo al urbano aquel?”. Sale “a toda rueda”.

Bajo por La Rambla. Trileros timando. Carteristas metiendo mano a todo bolso que se pone a tiro. Gente que va tan deprisa que te hacen dar vueltas sobre ti mismo. Luces de Navidad. Papa Nöeles de mentira con cara de asco y campanas en la mano. Escaparates abigarrados. Ruido. Gritos de la manifestación cercana. Más villancicos que suenan a lata...Un amigo me llama para contarme un problema. Apenas oigo nada. Una moto que se salta el semáforo. Chirridos. Los que vuelven gritando de la manifestación. Un helicóptero encima. Más gente comprando histéricos. Más lucecitas. La guardia urbana corriendo detrás de unos senegaleses que venden bolsos falsificados. Sirenas. Coches que pitan... Uffff...¡Que mareo!. ¡Que agobio!.

Pero...Un grupito con unos carteles en medio de Las Ramblas. Se hace el silencio. Desaparecen todos. “Abrazos Gratis”. Dos palabras mágicas.
A su alrededor la gente los esquiva y los mira como si estuvieran locos . Quizá lo estén. En el país de los locos el cuerdo es el ido. Me acerco a cámara lenta a una chica tremendamente guapa.
Nos fundimos en un abrazo. Un minuto eterno y sanador. “Gracias, señor: hoy no nos hacen caso”. “Lo importante es difícil de ver. Gracias a ti, ángel”. Un guiño. Dos besos. Dos desconocidos que se abrazan en medio de la marabunta humana y siguen su camino. Simplemente. Ese gesto aparentemente infantil reconforta el alma y cambia el mundo.

Regreso a casa con una extraña sensación de paz. El ruido, las luces y los villancicos de lata a destiempo ya no me molestan. Un “abrazo gratis” lo ha hecho posible.
Regreso a casa haciendo balance.
-“¿Qué he hecho hoy?:
- He donado sangre para alguien, le he dado un lazo rojo a un niño, me he informado un poquito sobre el SIDA, he escuchado a un amigo, y me he dejado abrazar por una desconocida...”

Pocas veces he hecho cosas tan útiles y tan necesarias para arreglar el mundo...

*- Fotografía: ©- Lobogrino.